La Tia Lola

Andrés Hoyos es un humanista, cuya vida ha  sido consagrada a la cultura. Riguroso en su formación intelectual, ha bebido en las fuente de las grandes obras de la literatura universal y esa lectura, y muchas otras lecturas de las grandes  corrientes culturales, han ayudado a la formación de su pensamiento crítico y su visión, muy  aguda, clara y precisa, sobre, no sólo el acontecer nacional, sino también sobre  lo que está sucediendo en el mundo. Su columna semanal, es un ejemplo, que no dudo en calificar de “ modelo orteguiano”, recordando al gran filósofo y divulgador español, Ortega y Gasset, entre otras cosas: gran cronista.  La revista el Malpensante,  fundada por él, y que contra viento y marea, sigue circulando  a pesar del poco caso  que los colombianos le prestan a las publicaciones culturales, es una muestra del interés que tiene Andrés, por La permanente inquietud intelectual de Andrés, lo ha llevado a incursionar en la escritura de novelas y cuentos. Aplicando el mismo rigor y  la misma disciplina , que ha sido una constante en su vida. El resultado: una obra literaria bien escrita, bien concebida, con unos argumentos muy bien tratados. Esta que nos ocupa, que acaba de salir: La Tía Lola. Es un retrato crudo y mordaz, de la sociedad colombiana, en un período concreto de nuestra historia. La vida de una gran familia, con todo su bagaje de infamias, tragedias, amoríos y pequeños rencores. La comparo, y tal vez no exagero, con la monumental Los Buddenbrook.  Una de la grandes novelas del genial Thomas Mann. Que es una extraordinaria saga familiar. Magnífico regalo para estas navidades.

Recomendado del librero.

Guillermo Linero ha muerto. Y con la partida de este empresario y magnate colombiano comenzarán los problemas para una familia y un grupo empresarial que ha quedado al garete por cuenta de desavenencias jamás resueltas. Lo sobreviven, por un lado, Lola, una mujer bella y glamurosa; Gustavo, su hermano y un despiadado empresario y Memo, su único hijo, homosexual, y poco querido por el padre. Aunque el lugar común ha sido usado cientos de veces, nada es más cierto en esta novela que todas las familias son infelices a su manera. Tras la muerte de Guillermo, dos bandos se pelearán con tretas más o menos legales por el control del Grupo Linero, compuesto de varias empresas y propiedades en varios países.